Inteligencia artificial: una invitación a vivir el humanismo digital
Les invito a un viaje de pasado, presente y futuro. Año 1950: abro el refrigerador, noto que se agotó el queso y tomo nota para recordar ir al supermercado. 2000: mi nevera inteligente me envía una notificación recordándome que el queso está por terminarse, así que agendo la compra en mi calendario. 2028: un día antes de que se termine el queso, mi refrigeradora hace el pedido al supermercado de mi preferencia y el queso que me encanta llega a casa, un día antes de que se agote.
Esta es la transición que estamos experimentando como humanidad. De procesos manuales, paso a paso, sin trazabilidad y de larga duración a acciones automatizadas, que consideran volúmenes gigantescos de variables, en segundos. Suena estupendo en abstracto, pero ¿qué pasa si esas acciones tienen implicaciones éticas: ¿un dron enviando misiles a una población o un robot escogiendo entre la vida del recién nacido o de su madre?
¿Evolución o involución? Como todo en la vida, depende. Consciente de ello, a inicios de año, el papa Francisco envió un mensaje a toda la Iglesia resaltando la maravilla de la inteligencia humana reflejada en el desarrollo tecnológico, al tiempo que nos alertó sobre desviaciones con implicaciones para la vida, la privacidad y la dignidad de las personas. Por ello, esta nueva cruzada del Santo Padre es por una inteligencia artificial por la paz.
¿Cómo podemos apoyar los comunicadores a este desafío?
Les propongo una plataforma asentada en cuatro ejes:
Aprender. Los comunicadores somos los primeros llamados a encarar el miedo. La tecnología es una aliada, que nos debe invitar a saber para servir.
Aplicar. Una buena historia mal contada se pierde. Por ello, los comunicadores podemos aprovechar la potencialidad de la tecnología para enriquecer narrativas que lleguen a las audiencias en ecosistemas digitales en que generen mayor recordación, conexión y, en consecuencia, impacto.
Analizar. El uso de la tecnología no es neutro, por ello debemos promover debates que enriquezcan sus contenidos, con un enfoque clave: el humanismo digital. Este busca la consideración del ser humano detrás de la tecnología, es decir, evitar lo que llamamos la dictadura tecnológica, pensar que el resultado de la tecnología es por defecto bueno y verdadero.
Aportar. Entonces, por eso, es que yo creo que es tan importante el llamado a la paz del Papa, del uso de la inteligencia artificial para la paz y ahí mi llamado es más bien a quienes somos usuarios porque no podemos ser usuarios pasivos, sino alimentar los algoritmos con información suficientemente validada, rigurosa, balanceada, para que las plataformas den un resultado interesante y correcto.
“La inteligencia artificial no va a sustituir a los humanos, pero los humanos que manejen con solvencia la inteligencia artificial sí van a sustituir a los humanos que no manejen Inteligencia artificial”.
A mí me encanta un titular de Harvard Business Review que dice: “La inteligencia artificial no va a sustituir a los humanos, pero los humanos que manejen con solvencia la inteligencia artificial sí van a sustituir a los humanos que no manejen Inteligencia artificial”. Y yo creo que ese es el reto, es prudente tener cuidado al riesgo, pero hay que gestionar el riesgo, no evitar la acción, porque creo que la acción de personas de pensamiento crítico y de actuar ético es el que puede hacer la diferencia en los resultados del uso de estas plataformas. (Originalmente escrito para SIGNIS Global)
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